sábado, 6 de marzo de 2010

Cae mando militar por falla en alerta en Chile

EFE, AFP, Reuters y AP

La desinformación por el número oficial de muertos ha provocado fuertes críticas para el gobierno de Bachelet. El secretario general de la ONU anunció ayuda para ese país

SANTIAGO.— Fuertes réplicas del terremoto revivieron ayer el pánico en Chile, en medio de confusas cifras sobre muertos y la destitución del jefe de la oficina de la Armada que falló en alertar sobre los tsunamis que arrasaron la costa del país.
La Marina chilena destituyó al comandante del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico (Shoa), organismo señalado como responsable de no haber emitido una alerta de tsunami tras el terremoto de 8.8 grados que el pasado sábado asoló el centro y sur de Chile.
En un comunicado oficial, el comandante en jefe de la Marina, Edmundo González, señaló que el capitán de navío Mariano Rojas Bustos, hasta ahora jefe del Shoa, será reemplazado por el oficial de igual grado Patricio Carrasco Hellwig, “con miras a restablecer la credibilidad y confianza en ese importante organismo técnico”.
La furia de las olas era todavía visible el viernes en el puerto de Talcahuano, donde el mar desplazó un carguero de 175 metros de eslora y barcos de pescadores fueron catapultados a kilómetros de distancia.
Nuevas réplicas estremecieron el centro y sur de Chile, entre ellas una de magnitud 6.6, desatando el pánico en Concepción, una ciudad de 670 mil habitantes duramente azotada por el terremoto.
“Duermo en un sillón al lado de la puerta y con cada remezón salgo de la casa”, dijo Miguel Serra, un vendedor que aguardaba en una fila para llenar el depósito de su automóvil de combustible en Concepción.
Algunas familias de chilenos pintaron grafitis en las puertas de sus viviendas para tranquilizar a sus vecinos: “Familia Loyola Torres, estamos todos vivos”, decía uno de ellos.
El mensaje parecía tener sentido dada la confusión sobre las cifras de muertos del peor desastre de los últimos 50 años en Chile.
En reciente reporte oficial, el gobierno informó que habían 279 fallecidos identificados, descartando la cifra anterior de 802 muertos sin dar nombres. Pero Bachelet dijo que sólo en la región del Maule, barrida por los tsunamis, habían perecido 316 personas.
La destrucción dejada el sábado pasado por el sismo y los tsunamis, una tragedia que llevó al gobierno a decretar duelo nacional de tres días desde el domingo, impactará a partir de marzo a la economía de Chile, anticiparon las autoridades.
Chile, una de las economías más estables de América Latina, necesitaría ayuda internacional para su reconstrucción, que demoraría entre tres y cuatro años.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que llegó a Chile para evaluar en terreno los daños, prometió apoyo a la mandataria Michelle Bachelet y a su sucesor el presidente electo Sebastián Piñera.
Ban, quien dispuso la entrega de insumos y de diez millones de dólares de un fondo de emergencia temporal, se trasladará hoy a las castigadas ciudades de Concepción y Constitución.
Especialistas han calculado los daños de la catástrofe en unos 30 mil millones de dólares, equivalente a 15 por ciento del Producto Interno Bruto.
En tanto, las empresas aseguradoras pagarán unos cuatro mil millones de dólares a empresas y particulares por los daños sufridos a raíz del terremoto.
El presidente de la Asociación de Aseguradoras, Mikel Uriarte, dijo que el monto de los siniestros a pagar bordea los cuatro mil millones “ya que hay muchas empresas grandes con problemas importantes”.
Lanzan mensaje de unidad
SANTIAGO.— La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y su sucesor, Sebastián Piñera, transmitieron ayer un mensaje de unidad nacional ante la catástrofe causada por el terremoto del pasado sábado en el centro-sur del país y prometieron un traspaso de mando “fluido, austero y sencillo”.
“Todo Chile piensa que es la hora de la unidad, la solidaridad y la generosidad. Las diferencias políticas pasan ni siquiera a un segundo, quizás un tercer o cuarto plano ante el tremendo desafío que tenemos como país”, aseguró la mandataria.
Tras reunirse en el Palacio de La Moneda con el presidente electo Sebastián Piñera, Bachelet señaló la importancia de que “el traspaso no altere lo más mínimo el curso de la ayuda” que se está distribuyendo en el país tras el terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter, al que le siguió un tsunami.
“Es fundamental que la gente vea con claridad que los planes no se detienen”, dijo Bachelet.

La desinformación por el número oficial de muertos ha provocado fuertes críticas para el gobierno de Bachelet. El secretario general de la ONU anunció ayuda para ese país

SANTIAGO.— Fuertes réplicas del terremoto revivieron ayer el pánico en Chile, en medio de confusas cifras sobre muertos y la destitución del jefe de la oficina de la Armada que falló en alertar sobre los tsunamis que arrasaron la costa del país.
La Marina chilena destituyó al comandante del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico (Shoa), organismo señalado como responsable de no haber emitido una alerta de tsunami tras el terremoto de 8.8 grados que el pasado sábado asoló el centro y sur de Chile.
En un comunicado oficial, el comandante en jefe de la Marina, Edmundo González, señaló que el capitán de navío Mariano Rojas Bustos, hasta ahora jefe del Shoa, será reemplazado por el oficial de igual grado Patricio Carrasco Hellwig, “con miras a restablecer la credibilidad y confianza en ese importante organismo técnico”.
La furia de las olas era todavía visible el viernes en el puerto de Talcahuano, donde el mar desplazó un carguero de 175 metros de eslora y barcos de pescadores fueron catapultados a kilómetros de distancia.
Nuevas réplicas estremecieron el centro y sur de Chile, entre ellas una de magnitud 6.6, desatando el pánico en Concepción, una ciudad de 670 mil habitantes duramente azotada por el terremoto.
“Duermo en un sillón al lado de la puerta y con cada remezón salgo de la casa”, dijo Miguel Serra, un vendedor que aguardaba en una fila para llenar el depósito de su automóvil de combustible en Concepción.
Algunas familias de chilenos pintaron grafitis en las puertas de sus viviendas para tranquilizar a sus vecinos: “Familia Loyola Torres, estamos todos vivos”, decía uno de ellos.
El mensaje parecía tener sentido dada la confusión sobre las cifras de muertos del peor desastre de los últimos 50 años en Chile.
En reciente reporte oficial, el gobierno informó que habían 279 fallecidos identificados, descartando la cifra anterior de 802 muertos sin dar nombres. Pero Bachelet dijo que sólo en la región del Maule, barrida por los tsunamis, habían perecido 316 personas.
La destrucción dejada el sábado pasado por el sismo y los tsunamis, una tragedia que llevó al gobierno a decretar duelo nacional de tres días desde el domingo, impactará a partir de marzo a la economía de Chile, anticiparon las autoridades.
Chile, una de las economías más estables de América Latina, necesitaría ayuda internacional para su reconstrucción, que demoraría entre tres y cuatro años.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que llegó a Chile para evaluar en terreno los daños, prometió apoyo a la mandataria Michelle Bachelet y a su sucesor el presidente electo Sebastián Piñera.
Ban, quien dispuso la entrega de insumos y de diez millones de dólares de un fondo de emergencia temporal, se trasladará hoy a las castigadas ciudades de Concepción y Constitución.
Especialistas han calculado los daños de la catástrofe en unos 30 mil millones de dólares, equivalente a 15 por ciento del Producto Interno Bruto.
En tanto, las empresas aseguradoras pagarán unos cuatro mil millones de dólares a empresas y particulares por los daños sufridos a raíz del terremoto.
El presidente de la Asociación de Aseguradoras, Mikel Uriarte, dijo que el monto de los siniestros a pagar bordea los cuatro mil millones “ya que hay muchas empresas grandes con problemas importantes”.
Lanzan mensaje de unidad
SANTIAGO.— La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y su sucesor, Sebastián Piñera, transmitieron ayer un mensaje de unidad nacional ante la catástrofe causada por el terremoto del pasado sábado en el centro-sur del país y prometieron un traspaso de mando “fluido, austero y sencillo”.
“Todo Chile piensa que es la hora de la unidad, la solidaridad y la generosidad. Las diferencias políticas pasan ni siquiera a un segundo, quizás un tercer o cuarto plano ante el tremendo desafío que tenemos como país”, aseguró la mandataria.
Tras reunirse en el Palacio de La Moneda con el presidente electo Sebastián Piñera, Bachelet señaló la importancia de que “el traspaso no altere lo más mínimo el curso de la ayuda” que se está distribuyendo en el país tras el terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter, al que le siguió un tsunami.
“Es fundamental que la gente vea con claridad que los planes no se detienen”, dijo Bachelet.

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