BRUSELAS/MADRID. La tragedia bursátil dejó ayer de ser
solamente griega. La aprobación por parte de la Eurozona y del Fondo
Monetario Internacional (FMI) de un préstamo de 110.000 millones a
Grecia hasta 2012 no ha apaciguado las aguas. Ni mucho menos. La
tormenta llegó ayer desde la península helénica al mercado español y
arrastró un escalofriante 5,41% al Ibex-35 que, como en sesiones
anteriores, cayó con mucha más fuerza que el resto de las plazas de
Europa.
El miedo al contagio y el rumor intencionado de que
España podría necesitar a corto plazo un rescate similar al griego -pero
por importe de 280.000 millones- fue el detonante de la caída, la
segunda mayor de todo el año. La llamada a la calma de la clase política
fue inmediata, aunque poco efectiva. Desde Bruselas, y ante toda la
prensa internacional, el presidente Zapatero calificó ayer los rumores
de «absoluta locura» y «despropósito descomunal». El presidente aseguró
que no hay que hacer caso a los pronósticos, en referencia a los rumores
del mercado, sino a los hechos, «como es, en este caso, el que España
tiene un nivel de deuda un 20% inferior a la media de la Unión Europea, y
paga por ella el equivalente al 2% del PIB frente al 3% que le cuesta a
Alemania o Francia». Después se sumó el portavoz del FMI, Bill Murray,
quien negó que España hubiera pedido algún tipo de ayuda internacional,
como Grecia, para garantizar el pago de su deuda.
También dentro del capítulo de la rumorología, en los
mercados se especulaba con la posibilidad de que otras dos agencias de
calificación crediticia siguieran los pasos de Standard & Poor´s de
la semana pasada y rebajaran la «nota» de los títulos de deuda
españoles. Sin embargo, estos rumores fueron desmentidos por la agencia
Fitch, que descartó una revisión del «rating» de la deuda soberana de
España a largo plazo, que la mantiene lo más alta posible, con AAA y
perspectiva estable.
El intento de Zapatero de frenar la cascada de malos
presagios sobre nuestra economía -asegurando, de manera muy rotunda, que
confía en la solvencia de las cuentas públicas españolas y en la
capacidad de superar la crisis económica- chocó, sin embargo, con la
realidad. El presidente tuvo que reconocer que entre los «males» de la
economía española figura en lugar destacado la elevada tasa de paro.
Además, Zapatero hizo extensiva la confianza en la
economía española a Portugal, el otro país de la Eurozona en peor
posición frente a los especuladores de la deudas soberana. Pero todo
apunta a que los mercados han hecho oídos sordos a las riadas de
declaraciones de las ultimas semanas de los máximos responsables
políticos y económicos europeos, en las que negaban cualquier
posibilidad de efecto contagio del caso griego a países con problemas
presupuestarios, como España o Portugal.
En este mismo sentido Rodríguez Zapatero, hasta junio
presidente semestral del Consejo de la Unión Europea, denunció ayer en
Bruselas las «especulaciones absolutamente infundadas e irresponsables»
sobre la Eurozona y se mostró convencido de que todos los países que
comparten la moneda única tienen fortaleza para salir de la crisis
económica, consolidar las cuentas públicas y volver a la senda de la
estabilidad.
Los Veintisiete Jefes de Estado y de Gobierno de la UE se
reunirán el viernes en una cumbre extraordinaria en Bruselas
precisamente para reafirmar su compromiso con el «rescate» de Grecia, en
un nuevo intento de tranquilizar a los inversores. Sin embargo, los
mercados hicieron caso omiso a las razones de Zapatero y prefirieron
aprovechar la oportunidad que se brindaba a los especuladores.
El Ibex-35 perdió la cota de los 10.000 puntos, tras caer
un 5,41% en la segunda peor sesión del año, con lo que queda en 9.859
puntos. Los 35 valores del selectivo español terminaron en números
rojos, con Sacyr Vallehermoso como el más castigado, con más de un 10%.
Sin embargo, la banca fue el sector que salió peor parado, con recortes
superiores al 7% para BBVA, Popular y Santander y de más del 4% para
Bankinter, Sabadell y Banesto.
Pese a los fuertes recortes y a la gran volatilidad, una
de las claves de la jornada fue el elevado volumen de negocio. En el
mercado continuo español se contrataron ayer 9.370 millones, más el
doble de la media de negociación diaria del pasado mes de abril. Esto
indica que hubo mucha gente desesperada por vender, pero también que los
precios a los que llegaron la mayoría de los valores fueron lo
suficientemente atractivos como para que otros se arriesgaran a comprar.
Los principales mercados bursátiles del Viejo Continente también
sufrieron importantes recortes: un 2,60% el Dax alemán; un 2,56% el FTSE
100 británico y un 3,64% el CAC francés. El euro, por su parte, también
fue severamente castigado y llegó a cambiarse a 1,3 dólares, el mínimo
del año.
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