Sacerdotes pederastas, delincuencia organizada: Farela

José Fernández Arteaga, arzobispo emérito de Chihuahua, aseguró que los legionarios de Cristo no se quedarán solos, pues la Iglesia tiene la firme voluntad de acompañarlos y de ayudarles en el camino de purificación que les espera.

Agregó que el hecho de que el papa Benedicto XVI haya determinado nombrar un delegado y la formación de una comisión de estudio es una muestra de acompañamiento del pontífice hacia los legionarios en estos momentos difíciles.
Acotó que los visitadores apostólicos, durante la auscultación que hicieron a esa congregación durante ocho meses, también encontraron un gran número de religiosos ejemplares, honestos y llenos de talento, y resaltó que el juicio sobre los comportamientos del fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel, a quien el Vaticano calificó como una persona sin escrúpulos, ya lo ha hecho Dios.
Aparte, Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de la Casas, rechazó que el celibato tenga alguna relación con la pederastia clerical y defendió su permanencia entre los sacerdotes católicos. Asimismo, descartó que esta problemática o el hecho de que el celibato no sea un dogma de fe pueda derivar en el retiro de su obligatoriedad.
Descartó que sea una imposición arbitraria, antinatural, una aberración contra la naturaleza, que sea imposible de vivir y un control eclesial para tener poder y dinero, y señaló que como los detractores del celibato no viven ni siquiera castos, se imaginan que este estilo de vida no es humano. Como para ellos el libertinaje sexual es su norma de vida y no pueden vivir sin goces genitales de cualquier tipo, se burlan de quienes hemos hecho del celibato una opción gozosa y fecunda.

Apuntó que el hecho de que haya fallas no justifica su abolición, y remarcó que el celibato sacerdotal no es una cadena, sino un don, una gracia, un carisma que no a todos se concede, un llamado de Dios y una vocación.
A su vez, Arturo Farela, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), consideró que lo determinado por el Papa para la Legión de Cristo es algo meramente declarativo e insuficiente, y señaló que dada la red de complicidades que han posibilitado y ocultado la pederastia clerical, esto podría caer en la categoría de delincuencia organizada.
Indicó que tanto en esa congregación como en el resto de la Iglesia católica la pederastia se cobija en el solapamiento. En el caso de la primera, indicó que si se hubiera tratado de la conducta aislada de Maciel, entonces no repercutiría en toda la estructura cupular de esa congregación. Expuso que a diferencia de lo que dice la jerarquía de Roma, muchos, en la legión y en el Vaticano estaban informados de las conductas criminales de Maciel.
Por lo tanto, consideró que el Vaticano debe entregar los expedientes a las autoridades civiles para ejercitar las acciones penales debidas. La red de coautores, cómplices y encubridores nacionales y extranjeros es suficiente para determinar incluso la presencia de una estructura criminal que en nuestro derecho mexicano se identifica como delincuencia organizada, o asociación delictuosa.