Más de medio millar de
personas se reunieron en la garita de San Ysidro, California, para
exigir que se castigue a los responsables del asesinato de Anastasio
Hernández Rojas a manos de una veintena de agentes estadounidenses
migratorios, perpetrado a unos metros del sitio de la manifestación.
A casi una semana de
los hechos, familiares, amigos y activistas exigieron al gobierno de
Barack Obama que actúe contra los elementos de la Patrulla Fronteriza y
Aduanas y Protección Fronteriza que golpearon al mexicano hasta darle
muerte.
Juan, uno de sus
hermanos reclamó la intervención del presidente mexicano Felipe Calderón
Hinojosa, para que la muerte no quede impune. Sostuvo que las
autoridades estadounidenses conocen los nombres de los asesinos y pueden
esclarecer los hechos.
María de la Luz Rojas,
madre del connacional, advirtió que no dejará de luchar hasta que se
haga justicia por su hijo, y advirtió que no busca dinero por la muerte
de su hijo, cuya vida no tiene precio.
“¿Cuánto vale la vida
de un asesino de aquí?”, cuestionó en referencia a los agentes
migratorios que observaban la manifestación en actitud de guardia.
Condenó que por una
decisión de extranjeros, sus hijos nacidos en Estados Unidos quedaron
desamparados.
“Pido justicia, no
dinero. Mi hijo vino a buscar la vida y no la muerte aquí”, dijo María
de la Luz Rojas al rechazar versiones periodísticas de Estados Unidos
que sostienen que pretende buscar una indemnización por el homicidio de
Anastasio.
Bajo la mirada atenta
de agentes de la Patrulla Fronteriza, los manifestantes se plantaron
frente a la puerta de entrada a Tijuana. Portaban pancartas que
reclamaban justicia para Anastasio, y “ningún ser humano es ilegal”.
Veladoras con la
fotografía de Anastasio Hernández Rojas fueron colocadas en el cerco que
divide México de Estados Unidos, mientras Christian Ramírez, director
del Comité de Amigos Americanos del vecino país, pidió un minuto de
silencio.
El activista criticó
que cuando se pide paz, el gobierno estadounidense responde con
descargas eléctricas y macanazos y si se pide justicia, la respuesta es
el encubrimiento para los responsables de agresiones.
Peatones que cruzaban
a Tijuana detuvieron su marcha en respeto a la manifestación.
Gritos de “¡justicia!”,
“todos somos Anastasio” y “el pueblo unido, jamás será vencido”,
enmarcaron la manifestación en la que se recordó a otros mexicanos
asesinados por agentes estadounidenses.
Automovilistas que
pasaban por el lugar, por su parte tocaron las bocinas de sus autos en
señal de apoyo.
Adriana Jasso, de la
Coalición Pro-Derechos de la Raza, recordó que las expresiones
antimigrantes y de odio no se limitan al asesinato de Anastasio,
“Las ofensas de la
Patrulla Fronteriza son el pan de cada día para un pueblo trabajador”,
dijo y recordó que Hernández Rojas no es la única víctima de las
políticas racistas del vecino país, pues los más de 6 mil personas
fallecidas desde que se puso en marcha el Operativo Guardián, son parte
de esta lista.
Criticó que el gobierno
de Obama no ha cumplido el cambio que ofreció y sigue negando el
derecho de regularización migratoria a 12 millones de personas.
La manifestación inició
en la parada del Trolley de San Ysidro, California, y luego los
manifestantes se dirigieron por un puente peatonal hasta el cruce que
llegan directo a la Puerta México.
EL UNIVERSAL
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