
Con lo peor del monzón todavía por venir, como la
tormenta tropical que golpeará mañana las costas de la provincia sureña
de Guangdong y de la vecina isla de Guangdong, los expertos temen que éste sea el verano más trágico desde 1998.
Ese año, 4.150 personas murieron en violentas inundaciones que
desbordaron el río Yangtsé, donde la presa de las Tres Gargantas ha
desembalsado agua tras superar su caudal de entrada el récord marcado
hace 22 años.
«Como del 60 al 80 por ciento de las precipitaciones tiene lugar en junio, julio y agosto, debemos estar preparados para combatir futuros desastres»,
alertó el viceministro de Recursos Hidráulicos, Liu Ning, quien señaló
que «China cuenta ahora con más medios contra las riadas porque, desde
1998, se han terminado 29 proyectos que serán muy útiles para evitar
las inundaciones».
Como cada año, los efluvios del monzón en el Sureste
Asiático han vuelto a provocar nuevas catástrofes naturales en la China
del progreso y el desarrollo económico, sobre todo en sus paupérrimas
zonas rurales. Según el propio Liu Ning, tres
cuartos de las provincias del país se han visto afectadas por las
inundaciones y 25 ríos han superado los registros máximos que
alcanzaron en 1998.
Tal y como muestran las imágenes que ofrecen las
televisiones chinas, donde aparecen campos enteros anegados por el agua
y helicópteros rescatando a los vecinos de los tejados, se trata de una
de las peores estaciones de lluvia de los últimos años. Lo peor de todo
es que en breve se espera la llegada de la tormenta tropical Chanthu y
de entre seis y ocho tifones a la largo del verano. «Aunque los niveles
de agua en las márgenes superiores del río Yangtsé han sobrepasado los
de 1998, la situación de las inundaciones no es todavía grave porque la
presa de las Tres Gargantas ha jugado un papel fundamental en la
prevención de las riadas», concluyó Liu Ning.
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