
En Washington ha comparecido el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, quién ha advertido que los 91.000 registros militares
tienen el potencial de amenazar físicamente a las tropas de Estados
Unidos y sus aliados en Afganistán, según informó AP. Gibbs ha revelado
además que el presidente estadounidense, Barack Obama, fue alertado de la filtración la semana pasada, después de que funcionarios de su gobierno se reunieran con organizaciones informativas que tuvieron acceso a los documentos.
Una preocupación que comparte el Reino Unido, cuya
secretaria de Estado de Seguridad y ex presidenta del Comité Conjunto
de Inteligencia, Pauline Neville-Jones, describió el asunto como algo
«realmente serio», y subrayó que todos los gobiernos tienen que ser
«extremadamente conscientes de la vulnerabilidad de sus sistemas». «No
sabemos cómo han conseguido ese material. Puede ser una combinación de
filtración de documentos, pero uno también sospecha con fuerza que han entrado en los sistemas», afirmó Neville-Jones en declaraciones a la BBC.
Pakistán, bajo sospecha
Por su parte, el Gobierno afgano ha puesto bajo el punto de mira a Pakistán al afirmar que los documentos verifican que la guerra en su país no acabará hasta que los talibanes dejen de disponer de santuarios en los países vecinos
para organizar sus ataques. «Nuestros esfuerzos contra el terrorismo no
obtendrán resultados productivos mientras sus santuarios y fuentes se
mantengan intactas», esgrimió un portavoz oficial del presidente
afgano, Hamid Karzai.
Mientras Pakistán ha calificado los informes como «fuera
de lugar, sesgados y contrarios a la posición objetiva sobre el
terreno». Pero son muchos los analistas que piensan que los paquistaníes no quieren perder los lazos con los líderes talibanes en previsión a posibles alianzas cuando
las fuerzas internacionales abandonen Afganistán. «El pueblo de
Pakistán y sus fuerzas de seguridad, incluyendo al ISI [iniciales del
servicio de inteligencia paquistaní], han rendido enormes sacrificios
contra las milicias y el terrorismo», se defiende Islamabad. A lo que
el embajador paquistaní en Estados Unidos añade: «Nuestra contribución
ha sido reconocida por la comunidad internacional, y en particular por
Estados Unidos», según AP.
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