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Tribuna de Chihuahua
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El 22 de abril pasado explotó una la plataforma Deepwater Horizon. Se
estima que se liberaron 780 millones de litros de petróleo al mar.
Ahora, British Petroleum dispersa químicos tóxicos en las aguas del
Golfo para tratar de solucionar el problema.
Foto: Vanguardia/Especial
En el radar ya se alcanzan a ver pedazos de tierra, trozos de México. El capitán espera tocar tierra durante la tarde-noche de este lunes.
La velocidad de crucero ha sido constante desde que zarpamos de Nueva Orleans. En promedio 7.5 nudos (entre 14 y 15 kilómetros por hora). Al principio se calculaba que llegaríamos la mañana del martes 2 de noviembre. Sin embargo las condiciones climatológicas han sido buenas a lo largo del camino y se ha podido mantener una velocidad estable.
Hoy conocí el cuarto de máquinas, el corazón del Arctic Sunrise. La máquina principal, la que impulsa el rotor de la popa, tiene nombre de mujer. Los ingenieros la bautizaron como Pamela. Además el barco de Greenpeace tiene tres generadores de energía que alimentan de electricidad a la nave.
En el cuarto de máquinas el ruido es intenso. Rumen, el ingeniero búlgaro que tiene a cargo este lugar, nos pidió que nos colocáramos protectores para los oídos.
Ahí se encuentra una planta purificadora de agua. A través del método de ósmosis inversa toman agua del mar y la filtran para que pueda ser bebida.
CUESTIÓN DE TIEMPO; MANCHA DE PETRÓLEO EN COSTAS DE MÉXICO
Antes del viaje a México, el Arctic Sunrise de Greenpeace surcó la costa este de los Estados Unidos. Desde florida hasta Texas para documentar e investigar los efectos que provoca en los ecosistemas el derrame que British Petróleum provocó en el Golfo de México.
El 22 de abril pasado –paradójicamente el día de la Tierra- se presentó una explosión en la plataforma Deepwater Horizon, ubicada a 80 kilómetros de las costas de Louisiana.
No hay una cifra que coincida, pero se estima que se pudieron liberar 780 millones de litros de petróleo al mar por este derrame.
Los últimos tres meses, el Arctic Sunrise realizó investigación sobre este caso en las costas de Florida, Lousiana y Texas. Peter Willcox, capitán del barco explica que hay una solución cosmética que se le ha dado al problema.
Ahora, British dispersa químicos tóxicos en las aguas del Golfo para tratar de solucionar el problema. Se utiliza un dispersante conocido como Corexit 9500 de la compañía Nalco.
El efecto es encapsular el petróleo, convertirlo en pequeñas pelotas de aceite y sumergirlo para que las bacterias que están en el agua puedan degradarlo.
Greenpeace ya estudia la toxicidad de este producto y sus efectos en el ecosistema marino. Pero advierten que el petróleo continúa bajo la superficie del mar. Lo único que ha provocado el químico es que se vaya un poco más abajo.
El capitán del Arctic Sunrise considera que esta mancha de petróleo también llegará a las costas mexicanas. Aun no sabe cuándo, pero es cuestión de tiempo.
Mientras, el Arctic Sunrise está muy cerca de arribar al puerto de Veracruz.
Longitud 95º 55’
Latitud 19º 25’
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