viernes, 6 de agosto de 2010

Hiroshima y Nagasaki 65 años de victimas en la memoria del mundo

Las recientes amenazas de Estados Unidos contra Irán y la República Popular Democrática de Corea hacen hoy aún más vigentes los alertas para impedir la repetición de un genocidio, como el cometido por Washington hace 65 años al lanzar las bombas atómicas contra la Bomba atómica lanzada por Estados Unidos el 6 de agosto de 1945 contra Hiroshima. Tres días después, realizó similar acto genocida contra Nagasaki.indefensa población de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
Punto de partida testimonial de los horrores de aquella agresión atómica y los sufrimientos de los sobrevivientes es Shunsaburo Tanabe, representante del Proyecto Hibakusha, que aboga por el desarme nuclear mundial, quien recientemente visitó Cuba

Tanabe, de 84 años de edad, tenía 20 cuando el bombardeo atómico norteamericano contra Hiroshima. Se hallaba a unos kilómetros de distancia de donde cayó el artefacto que causó el 6 de agosto de 1945, la muerte instantánea de 80 000 personas, y que llegó en días posteriores a 140 000 fallecidos. "Fue algo injustificable, Japón ya estaba debilitado y hambriento. No eran necesarios esos lanzamientos para terminar la guerra", expresó durante una visita a La Habana, en entrevista para
Granma.
Hisashi Shosokabe, otro sobreviviente, relató que en el momento de la explosión de la bomba tenía 9 años de edad y se hallaba en una escuela a 20 kilómetros de Hiroshima, donde trabajaba su padre, quien pereció, igual que su madre y hermano mayor a causa de un cáncer producto de la radiación. "Yo he quedado sufriendo secuelas que pueden provocarme la muerte en cualquier momento", expuso.
Los fallecidos por los artefactos nucleares suman más de 200 000, mientras dos millones de víctimas sufren los padecimientos de la radiación por aquel acto de barbarie.
Muchos otros lugares han servido para que Estados Unidos perfeccione la letalidad de sus armas para el exterminio humano. En Iraq empleó el peligroso uranio empobrecido en sus municiones durante la Guerra del Golfo de 1991, y otros implementos bélicos no menos sofisticados en la invasión posterior contra la nación mesopotámica en el 2003, bajos falsos pretextos de buscar armas de destrucción masiva, que jamás encontraron porque no existían.
Haruko Moritaki, cuyo padre presidió el Consejo Japonés contra las Bombas Atómicas y de Hidrógeno, indicó que existe un paralelismo entre lo que sucede en el país árabe con Hiroshima, donde "el cáncer comenzó a aumentar entre diez y 15 años después del estallido de la bomba". En Japón mostró las fotos de niños muriendo de esa cruel enfermedad en escuelas y otros lugares, y expuso lo que ocurre en el Iraq devastado por la guerra.
Sin embargo, la gran prensa calla y se esmera en confundir y apañar los planes de guerra contra Teherán y Pyongyang.

El habanero

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